El salmón es uno de esos alimentos que despierta pasiones, tanto en humanos como en perros. Rico en nutrientes, sabroso y relativamente fácil de preparar, parece la elección perfecta para tu peludo. Pero si sigues una dieta BARF, seguro has oído advertencias sobre los peligros de darlo crudo. En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber para incluir salmón en la dieta de tu perro de forma segura, equilibrada y con total tranquilidad.
Beneficios nutricionales del salmón
- Ácidos grasos omega-3: el salmón es una fuente excelente de EPA y DHA, que ayudan a reducir la inflamación, mejoran la salud de la piel y el pelaje, apoyan la función cerebral y benefician las articulaciones. También se ha demostrado su efecto positivo en perras gestantes y lactantes.
- Proteínas de alta calidad: aporta todos los aminoácidos esenciales, favoreciendo el mantenimiento de la masa muscular, la salud inmunitaria y la regeneración de tejidos. Además, es fácil de digerir, ideal para perros con estómagos sensibles.
- Vitaminas y minerales: contiene vitaminas del grupo B, D y E, además de minerales como selenio, fósforo y potasio. Estos nutrientes son clave para mantener el metabolismo, fortalecer huesos y actuar como antioxidantes naturales.
- Sabor irresistible: muchos perros adoran el salmón. Su aroma fuerte puede ser un plus para canes con poco apetito o en periodos de recuperación.
Las presentaciones del salmón: pros y contras

- Salmón cocido: Es la opción más segura. Cocinarlo (al vapor, a la plancha sin aceite o al horno) elimina bacterias y parásitos. Eso sí, sin sal ni condimentos.
- Aceite de salmón: Ideal como suplemento, es una forma concentrada de omega-3. Basta con unas gotas sobre la comida habitual, siempre siguiendo la dosis recomendada.
- Menús cocinados: Perfecto para nutrir a tu peludo con lo mejor del salmón sin procesar. Marcas como Dogfy diet están ofreciendo este tipo de comida para perros que está funcionando tan bien en España. Aquí tienes un análisis completo de su menú de salmón.
- Croquetas o piensos con salmón: Buena alternativa comercial si buscas variedad de proteínas. Asegúrate de que usen salmón de calidad y revisa los ingredientes.
- Salmón crudo: Aunque la dieta BARF defiende lo crudo, en este caso hay un riesgo serio. El salmón puede portar el parásito Nanophyetus salmincola, que alberga la bacteria Neorickettsia helminthoeca, causante de la llamada «salmon poisoning disease» (envenenamiento por salmón).
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El peligro del salmón crudo: no es un mito

Esta enfermedad se presenta sobre todo en la costa noroeste del Pacífico (Estados Unidos y Canadá), pero no se puede descartar en otras regiones. Los síntomas incluyen fiebre, vómitos, diarrea, letargo y ganglios inflamados. Sin tratamiento, puede ser mortal en el 90 % de los casos.
La buena noticia: tanto la cocción como la congelación prolongada (a -20 °C por al menos 72 horas) eliminan el riesgo. Por eso, si vas a dar salmón crudo, asegúrate de haberlo congelado adecuadamente antes. Aun así, muchos expertos BARF prefieren no arriesgar y optan por ofrecerlo cocido, como en esta receta con salmón para perros.
Consejos para dar salmón con seguridad
- Evita las espinas. Pueden causar obstrucciones o daños internos.
- No uses salmón ahumado, enlatado o con condimentos. Suelen contener sal, especias y conservantes que no son aptos para perros.
- Modera la cantidad. No conviertas el salmón en el único alimento proteico. La variedad es clave.
- Consulta con un nutricionista canino. Te ayudará a equilibrar la dieta si incluyes salmón con regularidad.
Conclusión: un superalimento, pero con precaución
El salmón puede ser una incorporación valiosa en la dieta de tu perro si se administra de forma correcta. Aporta nutrientes esenciales y es muy palatable. Pero el riesgo de enfermedades graves asociadas al consumo crudo lo convierte en una excepción dentro del mundo BARF.
Nuestro consejo: cocina el salmón o, si decides darlo crudo, congélalo previamente. Así tu perro podrá disfrutar de sus beneficios sin exponerse a riesgos innecesarios. Porque dar salmón no debería ser un acto de fe, sino una decisión informada.
¡Tu peludo gourmet lo agradecerá con un lametón y un pelaje brillante!
