Cada vez más familias eligen la dieta BARF para sus perros porque se acerca a lo que comerían en estado salvaje: carne cruda, huesos, vísceras, frutas, verduras y huevos frescos. Los beneficios son evidentes: mejor digestión, pelaje brillante, dientes más limpios y un sistema inmunitario fuerte. Sin embargo, existe un temor que muchos comparten: la salmonella.
¿Es un riesgo real? ¿Se puede evitar? ¿Hay que renunciar a la carne y al huevo crudo? Vamos a verlo paso a paso, de forma clara y sin mitos.
¿Qué es la salmonella y por qué preocupa?

La salmonella es una bacteria que puede encontrarse en productos de origen animal, como la carne, el pescado y los huevos. En humanos, puede causar salmonelosis, una infección intestinal con síntomas como diarrea, fiebre y vómitos. En los perros, la mayoría de las veces pasa desapercibida: sus estómagos son muy ácidos (pH 1-2), lo que mata gran parte de las bacterias, y su tránsito digestivo es rápido, reduciendo el tiempo de proliferación.
El problema no es solo si el perro enferma, sino que puede convertirse en portador y expulsar la bacteria en sus heces, contaminando el entorno y aumentando el riesgo para las personas del hogar.
¿Significa esto que no podemos dar carne o huevo crudo?
No necesariamente. La salmonella no es exclusiva de la dieta BARF; incluso los piensos comerciales han registrado presencia de esta bacteria. La diferencia está en que, al manipular productos frescos, la exposición puede aumentar. Pero con buenas prácticas de higiene y manejo, es perfectamente posible ofrecer carne y huevos crudos sin poner en riesgo la salud del perro ni la tuya.
Cómo prolifera la salmonella en los alimentos crudos
La salmonella crece en ambientes húmedos y templados, y se multiplica más rápido si los alimentos permanecen a temperatura ambiente durante mucho tiempo. Por ejemplo:
- Carne cruda almacenada sin refrigerar.
- Huevos que no se lavan adecuadamente antes de romperlos.
- Utensilios contaminados que se reutilizan sin limpieza.
Saber cómo se comporta la bacteria es clave para interrumpir su ciclo de proliferación y seguir usando ingredientes crudos con seguridad.
Claves para evitar la salmonella sin abandonar la dieta BARF
1. Selecciona carne de calidad
Compra siempre carne y huevos aptos para consumo humano, frescos y provenientes de proveedores confiables. Evita restos de matadero o carnes de origen incierto.
2. Congela antes de servir
Congelar la carne y el pescado durante al menos tres días ayuda a frenar bacterias y parásitos. Cuando descongeles, hazlo en el refrigerador, nunca a temperatura ambiente, y no vuelvas a congelar una vez descongelado.
3. Manipula con higiene extrema
- Lávate las manos antes y después de preparar la comida.
- Usa utensilios y tablas exclusivas para la dieta BARF.
- Limpia bien superficies y recipientes con agua caliente y jabón.
4. Opta por una dieta cocinada

Elaborar tus recetas cocinando el huevo y la carne es una opción válida para evitar la salmonella, lo que sí deberás suplementar con vitaminas y minerales para hacer completa la dieta, en este enlace encontrarás todo lo relacionado con dietas cocinadas, incluyendo recetas.
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5. Controla las porciones
No dejes que la comida cruda permanezca horas en el comedero. Sirve la cantidad adecuada para que tu perro la consuma en pocos minutos.
6. Introduce probióticos y fibra
Un intestino con microbiota fuerte puede combatir mejor bacterias patógenas. Incluir yogur natural, kéfir o vegetales fermentados en la dieta refuerza sus defensas naturales.
7. Supervisión veterinaria
Si tu perro es cachorro, anciano o tiene un sistema inmune débil, consulta con un veterinario antes de ofrecer crudos. En algunos casos puede recomendarse un escaldado rápido de la carne o usar suplementos alternativos al huevo crudo, o cocerlo simplemente.
El caso del huevo crudo

El huevo es una joya nutricional: contiene proteínas de alta calidad, grasas saludables, vitaminas y minerales. El riesgo de salmonella existe, pero es bajo si:
- Compras huevos frescos y limpios.
- Los lavas antes de abrirlos para evitar que bacterias de la cáscara pasen al interior.
- Mantienes una correcta refrigeración.
En perros sanos, el beneficio nutricional supera ampliamente el riesgo si se siguen estas medidas. Aquí tienes a mis perros comiendo huevo crudo.
En resumidas cuentas
La salmonella es un riesgo que debe tomarse en serio, pero no es motivo para renunciar a la alimentación natural. Los perros están preparados para manejar bacterias mejor que nosotros y, con prácticas adecuadas de higiene, selección de ingredientes y almacenamiento, puedes seguir ofreciendo carne y huevo crudo de forma segura.
La dieta BARF, bien gestionada, no solo evita problemas de salmonella, sino que potencia la salud, la energía y la calidad de vida de tu perro. Alimentarlo de forma natural y segura está en tus manos. 🐶🥩🥚
